Sus ojos contemplan otros horizontes, ardiendo por emociones encarceladas, muertas antes de haberlas podido sentir de nuevo: una multitud de estrellas fallecidas antes de llegar a brillar.
Repentinamente una fuerte sacudida agita el trenque lo hace detenerse de golpe.
Las paredes comienzan a girar, desaparecen disolviéndose en la niebla...
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