No eres tan astuta como crees, teniendo en cuenta como habías hecho enfurecer a tu agresor, estando indefensa.
... He he he...
Deberías dejar esta estupidez.
Lo sé, pero son los riesgos del trabajo... ¡Me enfrento al peligro a diario!
No estás hecha para esto, niña. De verdad que no.
Anterior Siguiente
Mostrar comentarios